domingo, 16 de enero de 2011

Melancolía bloggera

El otro día me agregó al MSN un chico buscando novio. Me comentó que había tomado mi mail de una conocida página de contactos. Después de explicarle que yo hace casi dos años que ya estoy ocupado, decidí buscar ese anuncio y borrarlo. Después decidí buscar los sitios recónditos de la red en donde mi identidad pudo haber quedado regada, por si acaso (no es que me preocupe tanto, pero estaba aburrido); para tal efecto, busqué mi dirección de correo electrónico en google.

Hacer eso es peligroso porque internet es como una especie de máquina del tiempo. Y uno se encuentra con cosas que traen recuerdos y no puede evitar sentirse un poco nostálgico.

Me encontré con comentarios que hice de los cuales no me acordaba y con los cuales ya ni siquiera estoy de acuerdo. También con viejísimos comentarios en blogs de amigos que ya no son mis amigos (o que ya no son tan mis amigos como antes).

De un modo u otro, buscarme en internet me llevó a recordar mis blogs y las cosas que escribí en ellos, las personas que conocí a través de ellos y las cosas que viví y que en ellos se reflejan.

Por ejemplo, cuando no tenía novio y me quejaba y me azotaba como viuda siciliana y lloraba mucho. Muchos me dijeron que era patético y ahora veo que sí lo era (bueno, siempre estuve consciente de eso), pero en ese momento, mi blog fue un apoyo sicológico tremendo que me ayudó a sobrellevar la depresión.

Mi blog nunca fue lo que yo quería que fuera, pero no puedo evitar sentir un cariño enorme por él. Me da algo de lástima que ahora esté tan abandonado y tenga tan pocos lectores, pero creo que las cosas no duran para siempre.

Eso sí, prometí nunca cerrarlo y nunca lo cerraré (por lo menos no "oficialmente"). Porque de vez en cuando (como ahora), me dan ganas de escribir en él y eso es parte de mi vida.

Os amo.

lunes, 10 de enero de 2011

Odiar está de moda

La mera verdad, estoy empezando a cansarme de tanto odio irracional hacia Justin Bieber. No porque me guste él (no me parece ni mejor ni peor que todos los otros miles de "artistas" plásticos que pueblan el mundo de la farándula), sino porque no entiendo qué hizo el pobre chico para ser tan odiado.



El mundo está mal, y está mal porque la gente está mal. Albergar sentimientos tan negativos como el odio, aunque sea de maneras tan patéticas y, digamos, "inofensivas" (como es desear que Bieber muriera para que Cobain volviera a la vida), es ya empezar mal.

No lo sé, sencillamente se me hace triste. Me recuerda a cuando estaba de moda odiar a los emos. Es casi igual, porque los emos y Bieber son un par de productos intrascendentes del consumismo adolescente. Y tal vez la mayoría de las personitas odiadoras no pasarían de las meras palabras y photoshopes, pues no son tan viscerales, irracionales, perversos y estúpidos como para de verdad cometer crímenes de odio.

Sin embargo, también es cierto que la moda de odiar a los emos llegó a los golpes en un recordado episodio acontecido en una conocida glorieta del DF. Y eso ya era violencia "de verdad" contra individuos cuya mentalidad tal vez nos pueda parecer incorrecta o sencillamente tonta, pero que siguen siendo personas cuya integridad debe ser respetada. Y yo llegué a conocer a una chava que estuvo ahí y que contaba con orgullo como "de no ser porque me agarraron, hubiera matado a una".

Es que me parece increíblemente triste, y no porque pobrecito Justin va a llorar porque todos lo odian (él a los haters se los pasa por el culo, con tantos millones que tiene qué le va a importar), sino por toda esa gente que odia por moda. Porque el mundo está mal y el odio sólo genera más odio.

Después de un rato, la cosa trasciende y se va hacia otros sitios. Como cuando hay grupos de facebook de odio a Justin "Gayber". ¿Qué tenemos que ver los gays en el asunto? Nada, pero como parece nena es gay y eso es algo negativo. Este odio a Bieber fomenta la homofobia y ése es un problema que va más allá de nuestro afán por defender la "música de verdad". O ya me imagino a muchos estadounidenses que clamen que el chico es mierda porque es canadiense (he leído comentarios de gringos que dicen que para ellos "Canadá ni siquiera es un país de verdad"). Eso ya no es odio a un personaje, sino a lo que éste representa (o lo que los haters deciden que representa).

Tal vez lo que pasa es que yo soy muy idealista o muy bueno o muy estúpido.

domingo, 2 de enero de 2011

¿Sabes?

Cosas - Las cosas van y vienen. Cursi como suena, no son tan importantes, sino los acontecimientos que las rodean. Y aunque las cosas sean (o no) muy padres, los acontecimientos las pueden hacer buenas o malas. Y ahora estoy rodeado de cosas geniales que me hacen suspirar por ti.

Padre - La palabra padre me hace pensar en una persona a la que quiero más que a muchas otras. Tú dices padre y yo digo chido, lo que me hace una suerte de naquete feliz. Qué guay.

Españoles - Las palabras se arremolinan y son divertidas. Es agradable compararlas (sin juicios) y aprender a comprenderlas.

Personas - Creo que lo que ha pasado te lo merecías. Y al decir estas palabras quiero que conste que lo que ha pasado no necesariamente es algo malo y que te lo merecías por razones no necesariamente negativas.

Mundo - El mundo no está tan mal como todos dicen. Más bien la gente es muy negativa. Si no lo fuera, el mundo estaría mejor; pero es paradójico, porque sería necesario que estuviera mejor para que la gente fuera menos negativa.

Lucha - Aclaración pertinente: no con esto quiero decir que no haya que seguir luchando por terminar con las cosas malas que sí existen.

Blog - No me gusta tuíter.

2011 - Será un buen año pese a todo y gracias a todo.