domingo, 14 de septiembre de 2014

Los corazones rotos

El estado natural de un corazón es roto.

Los corazones son para eso, para romperse. Por eso es que un corazón puede soportar tanto. Está hecho para eso. Para romperse.

Un corazón que no está roto no vale la pena. Hay que romperlo cuanto antes. Un corazón que no está roto es un corazón que no ha nacido, que no ha vivido. Hay que romperlo.

Sólo el corazón roto sabe amar, lo sabe a partir de la experiencia completa y perfecta del amor verdadero. Es el corazón roto el que puede amar de verdad. Por eso busco un corazón roto, tan roto como el mío, para que juntos se entiendan.

Rompámonos el corazón, porque vale la pena.

sábado, 2 de agosto de 2014

¿Quieres estresarte?

Todo el tiempo hay cosas que se salen de nuestro control. Algunas de ellas se deben a nuestras fallas: descuidos, olvidos, limitaciones, errores...; otras se deben a circunstancias que nos superan.

En cualquiera de los casos, cuando algo se sale de nuestro control, nos estresamos. Y ante este estrés, reaccionamos enfadándonos, insultando (a veces insultándonos a nosotros mismos), recriminando; es decir, ante el estrés reaccionamos estresándonos más, como si eso fuera a traernos una solución. Sin embargo, no es así: estresarnos de más no nos lleva a una solución y, en la mayoría de los casos, al contrario, nos nubla el juicio y nos impide ver las soluciones, si las hay. Además, estresarnos de más nos trae más problemas que se suman al problema original que nos causó estrés en primer lugar. Es decir que al reaccionar al estrés, caemos en un círculo vicioso.

No podemos evitar que las cosas se salgan de nuestro control. No podemos evitar tener problemas ni cometer errores. El estrés (literalmente, la presión) es inevitable. Pero sí podemos evitar caer en el círculo vicioso de responder al estrés con nuestro primer instinto, lo cual sabemos que nos acarreará más dificultades.

El estrés es como un piquete de mosquito. Es la comezón inicial que nos provoca el piquete. Ésa no la podemos evitar: si un mosquito nos pica, sentiremos comezón. Nuestra primera reacción ante la comezón será rascarnos, pero sabemos bien que al rascarnos sólo lograremos que la comezón crezca. ¿Qué podemos hacer entonces? Podemos decidir no rascarnos. No es fácil. Requiere atención (si nos distraemos, es probable que nos rasquemos sin darnos cuenta). Pero una vez que logramos vencer la tentación de rascarnos, la comezón comienza a desaparecer con rapidez.

Con el estrés es igual. El problema que tengamos, sea cual sea, es el piquete del mosquito. Ese estrés que sentiremos derivado de ese problema es la comezón inicial. Enojarnos, recriminarnos y maldecir es como rascarse. Es una tentación, un instinto que sentimos ante el estrés. Tal vez incluso nos proporcione un alivio momentáneo, pero sin lugar a dudas, el resultado será simplemente que nos estresemos más. La buena noticia es que podemos decidir no estresarnos. Podemos cerrar los ojos, contar hasta diez, esperar a que el enfado pase. Esto lo podemos lograr siendo conscientes, prestando atención a nuestras sensaciones. Tristeza, enojo... ahí están. Hay que dejarlas pasar, no responderles, no rascarlas. Y así, pronto, el estrés se irá.

El problema no acabará ahí. Seguirá existiendo. Pero ahora, sin comezón, podremos pensar tranquilamente en cómo solucionarlo. Y si resulta que no podemos solucionarlo, podremos simplemente aceptar que el mundo no está diseñado para complacernos en todo momento.

PS: Sé que esto parece libro de autoayuda, pero también sé que es verdad.


viernes, 25 de julio de 2014

El amor no se equivoca

Fotografía de Braden Summers, tomada de http://ovejarosa.com/las-14-imagenes-mas-bellas-del-amor-homosexual/

Hoy veo a dos amigos míos abrazarse, besarse, hacerse regalos. Decirse: "los momentos que he pasado a tu lado han sido los mejores de mi vida". Están enamorados. La ternura con la que se miran, el amor joven que se profesan... ¡Basta verlos para entender que es un amor real! Si Dios existe, estoy seguro de que no hay nada que le complazca más que ver cómo dos personas se aman con tanta sinceridad.

¿Alguien podría pensar que está mal? ¿Que hay algo incorrecto en esas manifestaciones de cariño? ¿Que es un "pecado"?

Es que son dos hombres.

¿Dónde está la complementariedad? ¿Dónde está la naturaleza?

Cierto, puede sonar muy lógico: la naturaleza (o Dios) nos hizo hombres y mujeres para que nos complementáramos y nos reprodujéramos.

La reproducción... la supervivencia de la especie. 

Pues yo creo que es muy soberbio de nuestra parte creer que somos dueños de la verdad y el entendimiento. Cierto, lo más lógico a simple vista es que los hombres están hechos para estar con las mujeres y viceversa. Pero es un hecho innegable que no siempre es así. Algunos hombres aman a otros hombres. Algunas mujeres aman a otras mujeres. Y créanme, se complementan muy bien. Hoy lo comprobé una vez más. No fue una ilusión.

Pero... ¡la reproducción! ¡La supervivencia de la especie!

¿Por qué es esto tan importante? La naturaleza de todas las especies es buscar instintivamente la reproducción. ¿La homosexualidad contradice esta naturaleza? No lo creo. La reproducción no depende de todos los elementos de la especie. Siempre habrá algunos que no se reproducirán y eso está bien. Es lógico que el porcentaje de población homosexual sea menor al porcentaje de población heterosexual. Sólo eso basta para explicar cómo la naturaleza se asegura de la supervivencia de la especie.

Además, en muchas especies animales se ha observado la homosexualidad. Incluso en algunas especies que tienden instintivamente a formar parejas monógamas de por vida. Pero incluso aunque no fuera así... ¿que acaso no somos seres humanos? ¡Hemos trascendido el mero instinto!

Tal vez sea cierto que la homosexualidad es un fallo en el sistema. Finalmente, ningún sistema está exento de entropía. Pero este "fallo", por llamarlo de alguna manera, no impide en ningún momento que el sistema funcione. Quédense tranquilos: la supervivencia de la especie queda asegurada a pesar de que las parejas formadas por personas del mismo sexo decidan vivir felices para siempre. Y quién sabe... tal vez Dios (o la naturaleza), en su infinita sabiduría, haya decidido poner a estos individuos ahí por una razón que aún no comprendemos. ¿Quiénes somos nosotros para pretender comprenderlo todo?

A mí no me interesa comprenderlo. ¿Por qué hay hombres que se enamoran de otros hombres? ¿Por qué hay mujeres que se enamoran de otras mujeres? ¿Por qué hay personas que se enamoran de otras personas, a veces sin importarles de qué sexo o género sean? ¿Por qué hay personas que no se enamoran y así están felices? ¿Por qué no todo en el mundo se adapta a lo que parece lógico, "normal", incluso obvio?

Yo no necesito entender por qué sucede para darme cuenta de que no tiene nada de malo que suceda. Porque cuando veo a estos dos chicos abrazarse, mirarse a los ojos, susurrarse palabras tiernas al oído, sonreírse y ser felices juntos, estoy seguro de que ningún Dios de amor y misericordia reprobaría tanta belleza.

Sí, yo he decidido creer en Dios. Me gusta creer que hay un ser que nos trasciende. Y me gusta creer, como me enseñaron mis padres, que ese ser es un ser de amor, que se complace en el amor y que quiere amor y felicidad para sus hijos. Y a este Dios en el que yo creo le complace el amor homosexual porque el amor nunca será algo incorrecto o equivocado, sin importar qué epíteto tenga.

miércoles, 14 de mayo de 2014

ASÍ QUEDAMOS

por Francisco Leonardo Ongay

Habitación de hotel. ÉL está sentado en la cama, nervioso, mirando su reloj constantemente. Alguien toca a la puerta. ÉL se levanta, va hacia la puerta, pero se detiene frente a ella, se recarga y, con la mano en el picaporte, habla.

ÉL: (Para sí) Por favor, no seas tú.

Abre la puerta. ELLA está del otro lado, ahora visible ante el público, pero no entra a la habitación.

ELLA: (Sorprendida, tal vez frustrada) No...

ÉL: Sí...

ÉL camina hacia la cama y se sienta, ELLA se queda en la entrada, mirándolo.

ÉL: Pero pasa...

ELLA: No (desvía la mirada).

ÉL: Ya estás aquí. Pasa.

ELLA: Si paso, ¿se acabó?

ÉL se levanta y la mira fijamente.

ÉL: ¿Es lo que quieres?

ELLA mira hacia abajo, luego levanta la cara y lo mira. Camina lentamente hacia él y lo abraza del cuello, sin despegar la mirada. Hay un silencio largo durante el cual se miran a los ojos. Finalmente, ÉL habla.

ÉL: Lo siento...

Mientras se hace el oscuro, ELLA lo besa.


Ciudad de México, 14 de mayo de 2014.

viernes, 10 de enero de 2014

El enamorado eterno



Llevo cinco años en una relación.

En cinco años pasan muchas cosas. Y una de esas cosas es que uno puede enamorarse y desenamorarse de la misma persona en múltiples ocasiones sin que eso amerite terminar la relación. De hecho, estoy convencido de que la clave para tener una relación así de larga es aprender a enamorarse y reenamorarse.

Dicen que el amor y el enamoramiento no son lo mismo. En efecto. El enamoramiento es el momento, el flechazo, la pasión. Dura aproximadamente tres meses. El amor son los planes, la familia, los recuerdos. Eso puede durar toda la vida.

Sí, soy un romántico empedernido que cree en el amor eterno.

En lo que no creo es en el enamoramiento eterno.

Con una excepción...

A lo largo de estos cinco años me he enamorado, en varios niveles, de varias personas, eso lo admito. Pero lo dejo pasar, porque al mismo tiempo me he enamorado varias veces de la persona con la que escogí estar. Y eso es genial. Sin embargo, una de estas otras personas de las cuales me he enamorado se ganó un privilegio hermoso y terrible:

Se ganó el privilegio de que nunca me desenamoraré de él.

Así es, nunca voy a desenamorarme.

Por un lado, por lo particular de nuestro enamoramiento. Platónico, por decirlo así, por causa de la enorme distancia geográfica que nos separaba.

Pero por otro lado, y esto es lo mas importante, porque está muerto.

Y ahora ya no hay tiempo, a menos que haya una vida después de ésta, para desenamorarme de él. Para aburrirme de sus conversaciones o para hartarme de sus defectos. No hay tiempo para acostumbrarme a su presencia.

Es hermoso y terrible al mismo tiempo.

En menos de un mes se cumplirán dos años de su partida.