por Francisco Leonardo Ongay
Habitación de hotel. ÉL está sentado en la cama, nervioso,
mirando su reloj constantemente. Alguien toca a la puerta. ÉL se
levanta, va hacia la puerta, pero se detiene frente a ella, se
recarga y, con la mano en el picaporte, habla.
ÉL: (Para sí) Por favor, no seas tú.
Abre la puerta. ELLA está del otro lado, ahora visible ante el
público, pero no entra a la habitación.
ELLA: (Sorprendida, tal vez frustrada) No...
ÉL: Sí...
ÉL camina hacia la cama y se sienta, ELLA se queda en la entrada,
mirándolo.
ÉL: Pero pasa...
ELLA: No (desvía la mirada).
ÉL: Ya estás aquí. Pasa.
ELLA: Si paso, ¿se acabó?
ÉL se levanta y la mira fijamente.
ÉL: ¿Es lo que quieres?
ELLA mira hacia abajo, luego levanta la cara y lo mira. Camina
lentamente hacia él y lo abraza del cuello, sin despegar la mirada.
Hay un silencio largo durante el cual se miran a los ojos.
Finalmente, ÉL habla.
ÉL: Lo siento...
Mientras se hace el oscuro, ELLA lo besa.
Ciudad de México, 14 de mayo de 2014.
Es un cuadro escénico muy sugerente. ¡Enhorabuena!
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